fbpx

«Lo que mi proceso de terapia me enseñó»

Probablemente este sea uno de los posts más especiales que he preparado nunca.

Y es así porque he tenido el enorme privilegio de abrirle las puertas de este refugio virtual a Lucía, una maravillosa persona que me ha permitido acompañarla en su proceso de crecimiento.

Lucía es un ser muy especial. Sensibilidad y fuerza a partes iguales hacen de ella una mujer con una magia inabarcable. Ahora ella es muy consciente de esto, pero no siempre fue así.

Hoy Lucía, con su infinita generosidad, ha querido ayudarme a escribir este post para que puedas ver qué es un proceso de terapia vivido en primera persona.

Y yo no puedo sentirme más agradecida.

Ojalá puedas nutrirte con su experiencia y conectar con la idea de que pedir ayuda siempre es sinónimo de fortaleza, nunca de debilidad.

Una decisión que lo cambió todo.

“Soy Lucía y voy a terapia desde hace más de un año. No es como me suelo presentar de manera habitual, pero hoy la ocasión lo requiere.

Empecé mi terapia porque mi vida me empezaba a desbordar y todo lo que ocurría a mí alrededor era abrumador. No sabía cómo manejarlo. De hecho, me manejaba el caos a mí, así que decidí pedir ayuda.

Me lo había planteado varias veces, pero mi cabeza decía:

No, yo puedo sola. He llegado hasta aquí sola y puedo seguir haciéndolo; es solo una etapa.

Total, cosas peores he pasado y sin ayuda.

Pero la realidad es que esas cosas que pasé habían dejado mella en mí y aun no les había prestado la atención que necesitaban (aunque yo pensara que sí)”.

Y así empezó todo.
Holistic Life Studio | Psicología Holística

Los primeros pasos.

Lucía y yo nos conocimos a través de una amiga en común. Ella no estaba pasando un buen momento y un día “no pudo más” y decidió buscar ayuda. La vida la trajo hasta mí y, desde entonces, el camino que hemos recorrido juntas ha sido profundamente hermoso.  Así lo relata ella:

“Conocí a Cinthia a través de una persona muy especial.

Ella me ayudó muchísimo a crear mi nuevo camino de aprendizaje y crecimiento. Me hizo darme cuenta de lo valiente que había sido al pedir ayuda, dejar a un lado a mi orgullo y renunciar a esa creencia impuesta de que no necesitamos ayuda y podemos con todo.

Creedme, no podemos con todo.

Aprovechemos que somos seres sociales para ayudarnos unos a otros y pedir ayuda cuando lo necesitemos.

No pasa nada por aceptar que hay “debilidades”. Conocerlas nos ayuda a progresar, a crecer, a conocernos. No querer verlas es lo que realmente hace que dejemos de conocer una parte de nosotros mientras permitimos que los miedos crezcan y creen corazas que nos separan de nuestra esencia”.

Lucía, en su reflexión aprovecha para regalarnos también este apunte tan importante:

“Tampoco pasa nada por decir que vamos a terapia, que tenemos un problema y le queremos poner solución. O que simplemente queremos crecer como personas y resolver dudas que tenemos.

Para mí, lo extraño sería que no quisiéramos hacer nada esto”.

Y es que, muchas veces, los condicionamientos sociales y las visiones obsoletas sobre lo que visitar a un/a profesional de la psicología significa puede limitarnos a la hora de tomar la decisión. Por esta razón quiero poner énfasis en esta cuestión y recordarte que pedir ayuda está bien.

La consulta es un espacio seguro y libre de juicios donde expresar lo que sientes, validar tus emociones y aprender nuevas herramientas que te ayudarán a gestionar de manera diferente los retos que puedan aparecer en tu vida.

Y, ¿qué puede haber más enriquecedor que esto?

El camino.

En su testimonio Lucía reflexiona sobre aspectos fundamentales relacionados con su propio camino de crecimiento personal, pero me he permitido seleccionar algunos fragmentos que me parecen especialmente importantes. Leedla con calma porque sus reflexiones son oro puro.

▪ Reflexiones respecto al compromiso con el proceso

“La terapia no es algo a lo que vas dos veces y de repente tu vida se soluciona y los problemas no existen. Es verdad que pueden ser muy mágicas, pero no son milagrosas. Requieren de constancia y tienes que querer entenderte”.

“Ir a terapia es una responsabilidad con nosotros mismos. Tenía la necesidad de volver a aprender a quererme y recuperarme. Es el primer paso en nuestro autocuidado. Yo dejé de quererme mucho y por tanto dejé de ser yo”.

Y es que, la función de un/a terapeuta no es “solucionar tu vida”. La función de un/a terapeuta es ofrecerte las herramientas para que tú «la soluciones» mientras te acompaña y te sostiene en el proceso. Y, en este sentido, tu implicación, tu responsabilidad y tu compromiso con tu propio bienestar es fundamental para que el proceso sea un éxito.

▪ Reflexiones sobre la importancia de la conexión a la hora de iniciar una terapia

“Lo más importante para mí fue la conexión que tuve con Cinthia. Creo que es algo muy importante a la hora de empezar una terapia, ya que es a la persona con la que te vas a abrir”.

“Tienes que sentir una gran confianza hacia tu terapeuta. Si no es así no significa que esa persona no haga bien su trabajo, sino que ese terapeuta no está hecho para ti, y tienes que seguir buscando”.

Otro aspecto clave. Para poder sanar es fundamental que sientas el proceso de terapia como un refugio que te hace sentir acogida y donde puedas expresarte abiertamente, sabiendo que la persona que te acompaña está ahí para ofrecerte lo mejor para tu bienestar.

▪ Reflexiones sobre las primeras resistencias

“En mi caso el principio fue lo más difícil. A pesar de que soy una persona muy abierta y me cuesta más bien poco hablar de mí, era extraño hablar con una persona de mis problemas cuando no la conocía de nada. Tampoco sabía si lo iba a entender. 

Lloré mucho y lo pasé muy mal hablando de ciertos temas o personas. Pero es normal, enfrentarte a tus miedos, corazas, y a todo aquello que duele y no te atreves a mirar o que incluso por más que lo mires no lo entiendes, no es cosa fácil.

Pero conforme iban pasando las sesiones me sentía cada vez más a gusto, deseaba que llegaran para contarle todas las cosas que me había atrevido a hacer y las que no para que me ayudara y en un futuro poder hacerlas mejor. Entendía que la persona a la que le contaba todos mis sentires me entendía perfectamente (¡y lo sigue haciendo!) y me hacía ver que lo que me pasaba era más común de lo que me pensaba”.

En ocasiones es normal que puedas encontrar ciertas resistencias, especialmente si nunca antes has estado en terapia. Pero, generalmente, desaparecen muy pronto cuando sientes que estás en un espacio seguro y que puedes confiar en tu terapeuta.

▪ Los regalos del proceso

Aquí Lucía nos deja algunas reflexiones sobre los regalos que el proceso de terapia le fue entregando a medida que recorría su propio camino de crecimiento personal:

«El proceso me acercaba más a mis seres queridos y hacia crecer mi empatía y mi manera de ver a las personas que me rodeaban. Hablar en voz alta empezó a ser liberador.

Poco a poco vas deshaciendo esos prejuicios sobre ti mismo y te vas liberando de las cargas impuestas, y una vez lo haces, el mundo se ve totalmente diferente.

Lo aprendido en el proceso te va acompañar el resto de tu vida y te ayudara a hacer las cosas más acordes contigo mismo y de una manera “más lineal” y no tan “montaña rusa”.

Con el tiempo entendí que era normal tener épocas y pensamientos “bajitos”, que es parte del camino y que también nos ayudan a conocernos. Es más, en la terapia entendí que aquí es cuando más me necesito. Siempre me necesito, pero aquí mi mente y mi cuerpo requieren más de mi amor y necesito parar para cuidarme.

Ahora tengo unas herramientas que he ido creando con su ayuda que sirven para saber lo que tengo que hacer en estos casos de crisis existencial”.

La magia de la transformación: cuando la vulnerabilidad se convierte en fortaleza.

“Ahora mismo Cinthia y yo tenemos una terapia de puro crecimiento. Y aunque siguen saliendo cosas de dentro de mí que no sabía que estaban o, en ocasiones, aparece algo que necesito reforzar porque oye, soy humana y de vez en cuando pierdo el rumbo, ahora sé que esos momentos en los que sentimos que todo pierde el sentido, son tan solo una figura en tu vida que se deforma para crear algo mejor”.

El apunte final

“Y, por último, no abandones una terapia porque pienses que no tienes solución. Mira dentro de ti. En realidad, tenemos ahí todas las respuestas, pero cuestas verlas al principio y en momentos oscuros, pero te prometo que se ven, y que vale mucho la pena”.

¿Qué te ha parecido la historia de Lucía?

Espero que su generoso testimonio sirva para que conectes con la idea de que pedir ayuda es una maravillosa forma de cuidarnos.

Cuidar nuestra salud física, mental, emocional y espiritual es un derecho vital. No renuncies a él.

Elige cuidarte.

Si te apetece compartir conmigo tus reflexiones, o quieres que revisemos juntxs algún aspecto de tu vida que no funciona como te gustaría, puedes ponerte en contacto conmigo aquí.

Estaré encantada de escucharte.

Cinthia
Holistic Life Studio · Psicología Holística & Vida Consciente
¿Te ha gustado el post? ¡Compártelo!

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Responsable: Cinthia Estarlich Alfonso, siendo la Finalidad: envío de mis publicaciones así como correos comerciales. La Legitimación: es gracias a tu consentimiento. Destinatarios: tus datos se encuentran alojados en mi plataforma de email marketing «MailRelay» ubicada en España y acogida al RGPD. Podrás ejercer Tus Derechos de Acceso, Rectificación, Limitación o Suprimir tus datos en tribu@holisticlifestudio.com. Para más información consulte nuestra política de privacidad.