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Bienvenida/o a tu propio camino de crecimiento personal

¿Alguna vez te has parado a pensar si estás habitando con consciencia tu propio camino de crecimiento personal? ¿Has visto ya todo el potencial que hay en ti?

Sea cual sea tu respuesta a las preguntas anteriores, hoy me gustaría compartir un trocito de la adaptación de esta maravillosa historia narrada por Jack Canfield y Mark V. Hansen. Es un relato repleto de verdad que ojalá te lleve a reflexionar sobre tu verdadera esencia, te permita (re)conectar con tu ilimitado poder interior y te anime a habitar conscientemente tu propio camino de crecimiento personal.

La historia del Buda de oro.

«En 1957 un grupo de monjes de un monasterio Tailandés tuvieron que mover un gran Buda de arcilla de su templo hasta un nuevo local porque el monasterio en el que se encontraba iba a cambiar de sitio para dar lugar a la construcción de una enorme carretera que atravesaba Bangkok. Cuando la grúa comenzó a levantar la inmensa estatua, el peso era tan grande que se empezó a resquebrajar. Además, para empeorar las cosas, comenzó a llover. Como los monjes eran conscientes del daño que podía sufrir el sagrado Buda, decidieron bajar la estatua al suelo y cubrirla con una gran lona con el fin de protegerla de la lluvia.

Esa misma noche, uno de los monjes fue a examinar la estatua y para ver si estaba seca, introdujo una linterna debajo de la lona. Cuando la luz llegó a las hendiduras de la arcilla notó que de ellas salía un pequeño resplandor y, como le pareció extraño, se dispuso a mirar más de cerca para ver si había algo debajo de la arcilla.

Sorprendido por el hallazgo quiso saber más y fue al monasterio en busca de un cincel y un martillo para romper la capa de cerámica que cubría al enorme Buda.

A medida que sacaba fragmentos, el pequeño resplandor se hacía cada vez más grande y brillante.

Pasaron muchas horas de trabajo antes de que el monje se encontrara cara a cara con el extraordinario Buda de oro sólido.

Cuentan los historiadores que varios cientos de años antes del descubrimiento del monje, el ejército de Burma iba a invadir Tailandia (llamada entonces Siam). Los monjes siameses, dándose cuenta de que su país sería pronto atacado, cubrieron su precioso Buda de oro con una capa exterior de arcilla para impedir que los soldados de Burma tomaran su tesoro como botín. Desgraciadamente, parece que los soldados sacrificaron a todos los monjes siameses, y el bien mantenido secreto del Buda de oro permaneció intacto hasta ese predestinado día de 1957»

A medida que sacaba fragmentos, el pequeño resplandor se hacía cada vez más grande y brillante.

Pasaron muchas horas de trabajo antes de que el monje se encontrara cara a cara con el extraordinario Buda de oro sólido.

Cuentan los historiadores que varios cientos de años antes del descubrimiento del monje, el ejército de Burma iba a invadir Tailandia (llamada entonces Siam). Los monjes siameses, dándose cuenta de que su país sería pronto atacado, cubrieron su precioso Buda de oro con una capa exterior de arcilla para impedir que los soldados de Burma tomaran su tesoro como botín. Desgraciadamente, parece que los soldados sacrificaron a todos los monjes siameses, y el bien mantenido secreto del Buda de oro permaneció intacto hasta ese predestinado día de 1957»

Lo que quiero transmitirte es que…

Quizá no seas consciente de cuándo empezó. Quizá no hubo un momento concreto y fue un cúmulo de muchos momentos.

Sin embargo, en algún instante del camino, probablemente para protegerte de algo que en ese momento te asustó o te pareció una amenaza, empezaste a cubrir tu verdadero ser, tu “esencia de oro”, con una enorme capa de arcilla que has ido alimentando a lo largo de los años hasta llegar aquí.

Hiciste lo que tenías que hacer en ese momento para protegerte porque no disponías de las herramientas necesarias para gestionar de otra manera las situaciones que viviste.

Lo hiciste como mejor sabías.

Todo lo vivido han sido aprendizajes que forman parte de tu crecimiento personal.

Aún así, he de decirte también que ya no eres ese niño o ese adolescente indefenso. Ahora eres una persona adulta con un enorme potencial esperado ser descubierto y, tal como hizo el monje con el martillo y el cincel, es tu responsabilidad (re)descubrir y recuperar de nuevo tu verdadera esencia.

Tienes un enorme poder en tu interior, solamente tienes que permitirte mirar hacia dentro. Tan solo tienes que decidir que es el momento de empezar a habitar desde la consciencia tu propio camino de crecimiento personal.

Este es tu momento, empieza a crear la vida que quieres vivir.

Con mucho cariño,

Cinthia
Holistic Life Studio · Psicología Holística & Vida Consciente
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